¿Qué es una App?: Las Apps o aplicaciones son pequeños programas informáticos que pueden descargarse e instalarse en los teléfonos inteligentes (smartphones) y que permiten a sus usuarios ejecutar algunas tareas desde su teléfono. La mayoría de ellas se encuentran agrupadas en tiendas virtuales, dependiendo generalmente del sistema operativo (iOS, Android, Windows Phone, Symbian, BlackBerry, etc). Algunas son de pago mientras que otras son gratuitas.
¿Y una API?: Las siglas API hacen referencia a Interfaz de programación de aplicaciones (del inglés Application Programming Interface). Una API es una «llave de acceso» a funciones que permiten hacer uso de un servicio web mediante el acceso limitado a la base de datos de otro servicio web, evitando que se conozca o acceda al propio código fuente de la aplicación original.
También sirve para permitir a ciertas aplicaciones, programas y widgets acceder a los datos o procesar transacciones en la aplicación madre. Por ejemplo, Facebook Connect cede ciertos datos a través de su API para que los usuarios puedan registrarse y acceder con sus propias cuentas de Facebook a otros sitios web.
Servicios a cambio de datos
Muchas Apps utilizan datos que pertenecen a otros servicios o aplicaciones para prestar una función complementaria, o bien combinan datos provenientes de diferentes fuentes para crear servicios nuevos más o menos útiles. Por ejemplo, Facebook y Foursquare (entre muchos otros) ceden los datos de sus usuarios a los desarrolladores (puedes saber un poco más sobre cómo funciona el desarrollo de aplicaciones móviles, los números que mueven y el dinero que generan, aquí). Como ya comentábamos el otro día, los servicios que usamos gratis (redes sociales, correo electrónico, buscadores, etc.) se alimentan de nuestra información, que usan para vender a todo tipo de empresas para diversas finalidades (desarrollar nuevos productos, hacer publicidad segmentada o comportamental, etc.).
¿Existe la Privacy by Design?: Si tu no te preocupas por proteger tu privacidad activamente, no esperes que los otros lo hagan por ti. La Privacy by Design (incorporar la privacidad por defecto en el diseño de los servicios o productos ) está aún muy lejos de ser una realidad (aunque la futura normativa europea va en ese sentido).
Aunque recientemente Tuenti ha realizado importantes mejoras en ese sentido (instaurando por defecto una configuración restrictiva en cuanto a con quien se comparten los datos de sus usuarios), lo cierto es que la mayoría de servicios establecen una configuración por defecto lo más abierta posible para que compartas cuantos más datos mejor, con cuanta más gente mejor. Este sistema se denomina de “opt-out” y te obliga a rechazar lo que no quieras en vez de a aceptar lo que quieras (“opt-in”). Si, además, te lo «explican» mediante un galimatías legal infumable, seguro que se te quitan las ganas de mirártelo. Cuando surge algún problema, retiran la App de un plumazo aludiendo un incumplimiento de su Política de API para que se hable del tema lo menos posible.
¿Qué datos estás cediendo?: ¿Sabes a qué datos de tu perfil de Facebook acceden las Apps que usas? Es más, ¿sabes qué Apps tienes autorizadas? Si perteneces a la amplia mayoría que no se lee los Términos y Condiciones de las Apps antes de instalárselas, al menos revisa a posteriori qué es lo que has aceptado. Es muy recomendable hacer limpieza de vez en cuando y dar de baja aquellas que hayan dejado de interesarte, además de limitar el tipo de contenidos de tus redes sociales al que pueden acceder las aplicaciones e incluso las acciones que pueden llevar a cabo en tu nombre.
Hay algunos datos mínimos que son necesarios para que la aplicación funcione, pero el resto puedes configurarlo. Que sepas que la configuración por defecto suele responder a la premisa “compartir a tope” así que si no te apetece que usen tus fotos, relaciones familiares, vídeos, localización, etc. échale un vistazo a tu configuración de privacidad.
En este post de Hijos Digitales te explican cómo hacerlo en Facebook y en este de Cult of Mac (en inglés) cómo hacerlo en Foursquare (que, por cierto, no te deja hacerlo desde la propia App, tienes que ir a su website). Ah, y un último detalle: ten presente que, una vez has dado permiso a una aplicación para que obtenga tus datos, borrarla o dejar de usarla no implica que borren esos datos de sus bases automáticamente, tendrás que pedírselo expresamente (y no a través de Facebook).
¿Qué datos tuyos están cediendo tus amigos?: No se trata solo de las Apps que tú usas y autorizas, ¿sabes que las Apps que usan tus amigos en Facebook también pueden estar accediendo y usando información de tu perfil (información que tu compartes con tus amigos)? ¿Te haría gracia que un amigo tuyo llevara a su entrevista de trabajo no solo su currículo sino también el tuyo? Pues eso es lo que ocurre, por ejemplo, con la aplicación para encontrar trabajo BranchOut como explica @raganwald en este post (en inglés).
Un ejemplo polémico: Girls Around Me: Hay Apps de todo tipo, algunas de dudosa legalidad, como la polémica Girls Around Me. Para quien no la conozca, Girls Around Me era una App desarrollada por iFree que estuvo disponible hasta hace poco en la AppStore y que permitía a los usuarios que se registraban en ella ver localizadas en el mapa a las mujeres que se encontraban en las cercanías.
¿Cómo? Pues mostrando, en primer lugar las que habían hecho check-in público en Foursquare en algún sitio (un bar, por ejemplo) y, en segundo lugar, cotejando dicha información con la disponible públicamente en Facebook sobre ellas, para mostrar sus fotos e información de todo tipo disponible.
Si bien es cierto que esas mujeres habían publicado “en abierto” dicha información en Facebook y Foursquare, también lo es que nadie les avisó de que se iba a utilizar para esa finalidad. Cuando la gente empezó a poner el grito en el cielo por la imagen sexista y estereotipada de la mujer que rodeaba a la aplicación (aquí podéis ver varios pantallazos, que hablan por si mismos) y surgieron acusaciones de que podía ser fácilmente usada por acosadores, Foursquare le retiró al desarrollador el acceso a su API, de manera que ya no podía seguir funcionando.
Sí, existen leyes que las Apps deben cumplir: Las Apps, como todo lo demás, han de cumplir con una serie de normas que están ahí por un motivo: proteger al usuario, garantizar una mínima transparencia y evitar abusos. Eso quiere decir que han de tener un aviso legal, unos términos y condiciones de uso, una política de privacidad, también han de respetar las obligaciones legales en cuanto a contratación electrónica, comunicaciones comerciales y derechos de los consumidores y usuarios, etc.
Desgraciadamente, todavía no hay demasiado control sobre este aspecto y muchas de ellas (y no solo las más cutres sino también las de grandes marcas o empresas de renombre que facturan millones cada año) salen al mercado a pelo, sin nada de todo eso o con un «copia y pega» de las de cualquier otro servicio.
Eso, como usuarios, puede darnos una idea de lo mucho o poco que esa empresa se preocupa por respetar nuestros derechos, por informarnos sobre quién es, lo qué hace y para qué. Haz la prueba con alguna: vence la pereza y antes de descargarte una App léete sus Términos y Condiciones y su Política de Privacidad, y así, si decides usarla sabrás qué hace, cómo y para qué.
Te sorprenderá ver que algunas te piden acceso a un montón de datos o funciones de tu smartphone que no son en absoluto necesarios para poder prestarte el servicio que te dan.