Este artículo dividido en tres partes está dedicado a ti, que estás en la encrucijada de emprender o no emprender, y a ti, que no te decides todavía a pensarlo aunque te gustaría dejar vagar tu mente… volver a soñar… Va por vosotros.
Si echas la vista atrás, recordarás un tiempo, cuando eras muy pequeño o pequeña, en que empezabas a descubrir el mundo, un mundo que te parecía fascinante, inmenso, genial, fabuloso.
Todos los días descubrías cosas nuevas, querías saberlo todo, probarlo todo, curiosearlo todo. Tenías un interés increíble por la vida, eras valiente, inquieto, las cosas nuevas no te provocaban miedo sino que te parecían toda una aventura, podías hacer cualquier cosa que te propusieses, no sentías miedo a equivocarte, ¿por qué habrías de tenerlo? Si te equivocabas, la solución era simple: hacerlo de otro modo.
Eras increíblemente imaginativo, encontrabas soluciones para todo mediante tu espectacular creatividad, inventabas cosas, cohetes, procesos, mundos, formas de hacer las cosas que quizá a tus mayores ni se les pasaban por la cabeza… e incluso a veces rechazaban…
Entonces empezaste a aprender cosas de esas personas mayores… Aprendías, por ejemplo, el sentimiento de rechazo al presentar una solución que no era la mejor; también aprendías que, si te equivocabas, alguien se podría reír de ti y te sentirías ridículo, o que si hacías algo que no debías, recibirías una reprimenda… También aprendiste una de las paradojas más incomprensibles y a la vez más habituales de nuestros tiempos: que lo importante para SER alguien en la vida era TENER cosas … Así:
Lista para SER “alguien”:
- Estudiar mucho para tener una carrera
- Tener un buen trabajo
- Tener mucho dinero
- Tener una casa más chula que la de Pepe
- Tener un coche más caro que el de Pepe
- Tener una pareja más guapa que la de Pepe
Te enseñaban que tenías que ser una persona “seria” y dejarte de tonterías como tener sueños e ilusiones, porque eso son cosas de niños… Te enseñaban que la vida es dura y cruel, que te tenías que enfrentar a ella con todas las armas posibles, (¡como si tu vida fuese tu rival!); que encontrarías muchos obstáculos en tu camino y muchos fracasos y que lo mejor era evitarlos a toda costa… Aprendiste que, para protegerte, debías tener miedo a muchas cosas…
Lista de miedos de Lola:
- No te equivoques nunca, así estarás a salvo…
- No intentes nada en lo que puedas fracasar, seguro que fracasas
- No intentes nada en lo que puedas tener éxito: no estás preparada para ello
- Nunca te expongas a ser rechazada: ¡Vaya ridículo!
- Sé discreta y no destaques porque la caída será más dura
- Cuidado con lo que puedan decir los demás de ti
- No seas diferente: te marginarán
Todo eso fue formando a una persona que guardó sus ilusiones en una caja bajo la cama, que se llenó de miedos imaginarios, que se adaptó, igual que el resto a la sociedad, haciendo lo que hacían todos; que cada vez que recordaba alguno de aquellos sueños, siempre encontraba algún pretexto para volver a colocarlos en aquella caja… Pero muchos de esos paradigmas que la sociedad y nuestro entorno crean alrededor de nosotros son inciertos. En realidad todas esas creencias son heredadas y sirven para conseguir una seguridad. “Consigue un trabajo fijo (seguro)”; “No se puede vivir con incertidumbre”…
(Continuará…)