Todos hemos escuchado muchas veces que hay que estar en las redes sociales porque es donde están nuestros clientes.
De hecho dudo que hoy en día exista alguien que se dedique a las ventas en internet, o de alguna otra forma utilice la red para su quehacer profesional, y no tenga una presencia en los social media. Le faltaría alguna pata a su mesa, alguna rueda a su carro, ¿verdad?
Pero que sea necesario estar ahí no significa que todo vayan a ser ventajas, o que éstas vayan a proporcionarnos ingentes beneficios desde el primer día. Y en realidad son muchas las personas y empresas que están en las redes y no extraen toda su utilidad por una serie de errores que vamos a ver a continuación.
LOS CINCO ERRORES MÁS FRECUENTES SOBRE LAS REDES SOCIALES
# 1 Creer que son lugares de venta. ¡Qué contrasentido! ¡Decimos que hay que estar en ellas si somos profesionales o empresas y ahora resulta que no son lugares de venta! Así es, pero no es ningún contrasentido. Una red social no es un lugar de venta directa, si no un lugar para la creación, mantenimiento y fidelización de tu comunidad de clientes.
Las redes sociales funcionan a modo de embudo: tus clientes (o potenciales clientes) acuden allí para saber de ti y tus productos y, si les interesa lo que ven, acuden a tu web (o a otro lugar) a comprarlos. La red social recoge a tu clientela, crea una comunidad, la mantiene, la consolida y crea al entorno adecuado para que tu cliente, ya pseudo convencido, acuda a otro lugar a perfeccionar la venta.
# 2 Creer que basta con colocar productos para publicitarte al estilo tradicional. Este error es derivado del anterior: si acabamos de decir que no estamos en un lugar de venta no podemos hacer lo que muchos continúan haciendo: exhibir productos y mercancías sin ton ni son, colocar precios, descuentos y ofertas, realizar continuas llamadas a la acción y esperar que la gente se lance a comprar como si fuera el fin del mundo. Esto no es un escaparate, ni un anuncio en prime time del horario televisivo, ni un catálogo de venta en papel.
# 3 Creer que vas a conseguir resultados a corto plazo. Las redes sociales llevan su propio ritmo y, por lo general, no ofrecen resultados inmediatos. Debes cultivar una relación de confianza con los visitantes de tu perfil para que puedan conocerte, examinarte, comprobar lo que dices y haces, y así, con el tiempo, llegar al momento en que estén preparados para la venta. No puedes pretender, por tanto, causar sensación al día siguiente de llegar.
# 4 No interactuar. Estar en una red y no interactuar con los visitantes es algo que tampoco conduce a nada. Una estrategia incorrecta, a mi juicio, sería por tanto limitarse a colgar fotografías y textos prefabricados sin aportar nada personal ni contestar a lo que los usuarios digan. No podemos olvidar que estos son personas de carne y hueso que quieren encontrarse con personas que sean también de carne y hueso.
# 5 La visibilidad . Así es, la visibilidad que otorga una red social es su ventaja, su atractivo y también su factor negativo. En muchas de ellas vemos cómo los contenidos son solapados unos por otros y cómo, al instante de subir algo, ya se encuentra perdido en una montaña de similares. En este sentido, las redes sociales han sido víctimas de su propio éxito y la masificación que presentan algunas, como si de una autovía en hora punta se tratara, las pueden hacer lugares difíciles de transitar.
¿Qué hacer entonces? Como en todo, en el equilibrio está la virtud. Debemos estar, pero sabiendo lo que tenemos que hacer y lo que podemos esperar. En cualquier caso, ¡muchísima suerte para la travesía!