Amigo emprendedor/a,
Tras casi 8 años trabajando a diario con emprendedores uno identifica, husmea o al menos huele situaciones en la que lo mejor que se le puede recomendar al emprendedor es, al más puro estilo El Señor de los Anillos (ver video), que corra, que huya y que se olvide de esa oportunidad, de ese negocio o al menos de esa opción emprendedora así planteada.
Cuándo huir cuándo estás emprendiendo:
En colaboración con el equipo del Vivero de Vallecas, he recopilado algunos típicos casos en los que si te encuentras a la hora de emprender, lo mejor es que salgas corriendo (en sentido emprendedor metafórico se entiende). Adjunto algunos ejemplos, organizados por temas, con una breve explicación:
Con Inversores:
a. Cuando un inversor te pide más del 30% en primera ronda de inversión. Obviamente la casuística es muy grande, pero es habitual que inversores pidan el 30, 40 ó incluso más del 50%; mi reflexión es que si un inversor quiere más del 50% casi es más operativo que la empresa sea suya y que te contrate, ya que no quiere un socio emprendedor sino un empleado.
b. Cuando supuestamente invierten «smart money», pero no hay money, y lo smart no es tan smart. Como dice el genial @capitancook «Lo que no es cash es cashondeo», y si te piden un % a cambio de consejos, espacio, formación y demás, mucho ojo con la valoración que se haga del mismo. Al final los € son € y el resto literatura.
c. Cuando invierten unos € vinculados a tener la gestoría X, el abogado Y y el consultor estratégico Z. Una inversión tiene el objetivo de que el emprendedor tenga financiación para hacer su empresa más grande y que el inversor pueda ganar dinero, no para que éste gane dinero dando negocio a empresas afines. Una inversión no exige vinculación como en las hipotecas, es importante esto. Mucho OJO con experiencias similares en los premios.
d. Si un inversor te pide garantías personales (que los hay) para invertir. El ser inversor lleva implícito el riesgo, que para eso es un inversor y obtiene un % de la empresa, y no es un banco.
Con Socios:
a. Cuando dos socios ponen lo mismo, uno trabaja y otro no, pero ambos tienen el mismo %. Error típico de emprendedores noveles, y habitualmente con amistad entre ellos. Es un polvorín, en un proyecto emprendedor al principio lo que más vale es el trabajo y el esfuerzo que se ponga en él, el no «remunerarlo» es el germen de una bronca segura.
b. Cuando emprendes con amigos o familia y no se quiere hacer un pacto de socios; siempre suelen decir que «como hay confianza». Error, pacto de socios siempre, aún más si es con amigos o familia. Y si emprendes con terceros directamente ni se debe plantear el no tenerlo.
c. Cuando un conocido cualificado (emprendedor, inversor, profesor, excompañero, etc) te pide un% a cambio de consejos y contactos. Vuelvo a la frase de antes, «lo que no es cash es cashondeo». Todo emprendedor es muy libre de dar % a quien quiera y por lo que quiera, pero si alguien te pide un % por contactos y consejos, primero que te los ofrezca, los aprovechas y después le cedes lo que consideres.
d. Cuando un socio aporta los trámites administrativos de la creación de la empresa por un coste desproporcionado.
En los viveros de empresas al ser punto PAE damos de alta sociedades por unos 100€ coste total y en 24-48 horas (obviamente hay casos y casos, pero esto es lo habitual), si un socio dice aportar el alta de empresa y lo valora por encima de 500-600€, ojito. Igualmente, si alguien dice que entra como cofundador de la empresa y recibe un % por hacer el papeleo de crear la empresa, tened en cuenta que la burocracia ha mejorado muchísimo y que, con excepciones obviamente, ya no es una aportación diferencial.
e. Cuando un socio aporta el «local» a cambio de un % desproporcionado.
La casuística es grande, pero cuando un proyecto está empezando el esfuerzo, el trabajo y la dedicación es lo más importante. Lo tangible, como el local o el espacio de trabajo, es MUY importante y se debe valorar, pero en su justa medida.
Si hay dos socios y uno tiene el 80% porque «aporta el local» (cuando muchas veces no es más que una mesa en una oficina más grande) es mejor que ese negocio se pague un alquiler como Dios manda y listo. El pagar un alquiler justo, además ayuda a no falsear su cuenta de resultados y demostrar que el negocio realmente lo es y no porque un socio aporte gratuitamente el local.
En traspasos: