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Cómo conseguir financiación bancaria para una Startup .. y no es broma

El acceso del crédito bancario a las pymes, especialmente aquellas en sus fases iniciales (“startups”), es muchas ocasiones se considera una quimera.

A pesar de que algunas de ellas ya han iniciado sus ventas, tienen un recorrido en métricas interesante (descargas, usuarios, clientes) e incluso han atraído inversores privados por cantidades ya relevantes (30-50k), son pocas las startups que se plantean acudir al banco en búsqueda de financiación, y lo máximo que esperan de las entidades bancarias es que les concedan alguna tarjeta de crédito y, si hay suerte, un pequeño préstamo (15-20k) con aval personal, por supuesto.

Las barreras que impiden el acceso de este tipo de empresas a financiación bancaria “relevante” (50-80k e incluso 100k) son principalmente dos: por un lado, la falta de recorrido económico-financiero ya que se trata habitualmente de empresas recientemente creadas con 1 o 2 años de histórico y, por otro lado, la falta de garantías o respaldo financiero ya que se trata generalmente de emprendedores jóvenes cuya principal aportación es su tiempo y dedicación exclusiva al proyecto.

Sin embargo, están comenzando a aparecer en España iniciativas que están orientadas a reducir las barreras de acceso a la financiación bancaria de las startups y los proyectos de emprendedores, ofreciendo avales o garantías financieras a proyectos pre-seleccionados.

Este es el caso del Instituto Catalán de Finanzas (conocido por sus siglas como ICF), que otorga garantías de hasta el 70% para la formalización de préstamos bancarios a emprendedores.  Aunque, a pesar de que estas iniciativas solucionan en parte una de las dos barreras identificadas (la falta de garantías), el ratio de formalización de estas ayudas sigue siendo muy bajo para la mayoría de casos debido principalmente a que los bancos continúan siendo muy escépticos y actúan muy conservadoramente.

Y es que conseguir esta garantía no implica necesariamente conseguir la financiación, pero...

La buena noticia es que con trabajo y preparación, gran parte de las startups sí que pueden reducir significativamente ambas barreras y “conectar” con el sector bancario. ¿Cómo se consigue esto? Comprendiendo que los bancos, y las personas que trabajan en ellos, tienen una metodología muy definida para evaluar el riesgo de cada operación, no son expertos en nuevas tecnologías y además, a diferencia de otros inversores, tienen mucho volumen de operaciones y muy poco tiempo (apenas minutos) para evaluar cada una de ellas.  Para ellos, el idioma que habla un emprendedor tecnológico es poco entendible.  Al hablar idiomas un tanto diferentes, emprendedores y banqueros tienen dificultades para establecer relaciones mutuamente beneficiosas.

El rol de una empresa como Intelectium en estos casos es conseguir que emprendedores y banqueros puedan hablar un mismo idioma en este tipo de operaciones.  Esto, además de incrementar las probabilidades de éxito reduce significativamente el tiempo que supone para un emprendedor desarrollar documentación específica para el banco, alineada con los criterios de análisis de riesgos que tiene la banca más tradicional.  El resultado es que cerca del 90% de las solicitudes gestionadas de esta manera acaban aprobándose. Por el contrario, la ausencia de esta colaboración resulta en que buena parte de estas operaciones no sean aprobadas.

En la última convocatoria de las ayudas del ICF, que finalizó esta semana pasada, Intelectium consiguió captar más de 1,5 millones de euros para una veintena de proyectos, con financiaciones de entre €50K y €100K en cada caso.  Y la buena noticia es que parece que el ICF va a ampliar el periodo de solicitud de garantías con una nueva convocatoria prevista pare este mes de marzo de 2014. Así que veamos cómo pueden los emprendedores beneficiarse de estos préstamos:

Paso 1: Consigue tu ayuda en forma de garantía en ICF.

El procedimiento es similar a otras ayudas públicas, donde analizan el business plan de la empresa así como sus cuentas y proyecciones económico-financieras. Tienes más información en su web.

Paso 2: Una vez aprobada la ayuda, contacta con el banco aportando la resolución de la ayuda del ICF así como otra documentación que típicamente solicita el banco (cuentas, impuestos, escrituras, etc.).

Los bancos además, suelen pedir una memoria en forma de resumen ejecutivo de la operación enfatizando los puntos clave de tu empresa así como detallando al máximo los usos de la financiación a solicitar.  Como dijimos más arriba, lo más importante es incluir información crítica para el equipo de analistas de riesgos del banco, que no es el mismo que el director o gestor de la sucursal donde lo estás presentando. El papel del director o gestor del banco es ayudarte a tramitar el expediente y defender la operación (él tiene información “intangible” que puede trasladar, ya que te ha conocido en persona e incluso es posible que seas un cliente con cierto histórico en la oficina) ante sus compañeros de riesgos.

Paso 3: Elige bien con quién trabajar.

Así como no todos los bancos tienen la misma política de riesgos, diferentes personas en una misma entidad aplican diferentes criterios.  Por ello, es importante saber qué sucursales están más habituadas a tratar con empresas tecnológicas en fases iniciales (“startups”).  Evidentemente, su forma y criterios para analizar y canalizar la operación hacia riesgos será diferente.

Paso 4: Invierte bien tu dinero:

Lo más gratificante para el banco será ver como, al final del ejercicio, has conseguido aunque sea una buena parte de las ventas proyectadas, así como otros avances en producto y en estructura (personal sobre todo). Saber reportar los avances al banco, de forma periódica, antes de volver a pedirle dinero es fundamental para que el director o gestor siga creyendo en el proyecto, de forma que el “intangible” que vas acumulando sirva para una subsiguiente ampliación del préstamo o la concesión de otros productos por ejemplo de financiación de capital de trabajo, etc.

La próxima convocatoria aún no está publicada, pero tanto si no has conseguido la financiación en una ocasión anterior como si estás pensando en solicitarla de nuevo, este es el momento oportuno para empezar a pensar en cómo lo vas a conseguir.

Las ayudas del ICF van dirigidas a pymes, autónomos, comercios, emprendedores de startups, etc. No necesariamente tiene que corresponderse con un proyecto tecnológico.

Este artículo ha sido escrito en colaboración con Lluis Vidal, Director Asociado de Intelectium. Si necesitas más información puedes contactar con nosotros. Lluis es el responsable de este área, y estaremos encantados de ayudarte.

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