Reportaje Startups

Sentir para vender: claves para aplicar el marketing sensorial en empresas emergentes

Responsable de Redes Sociales y redactora de TodoStartups

Los clientes ya no demandan solo sentirse atraídos por los productos que se venden, sino que quieren tener la experiencia completa, una en la que comprar algo sea fácil, tranquilo, sin estrés y, por supuesto, seguro. Pero además, piden que se involucren todos los sentidos, y ahí es donde entra el marketing sensorial, un concepto que se refiere al conjunto de estrategias que apelan a los sentidos para influir en el comportamiento del consumidor y que ha dejado de ser exclusivo de grandes corporaciones o del sector del lujo. Hoy forma parte de la caja de herramientas de cualquier startup que desee generar valor a través de una conexión emocional auténtica con su audiencia.

La base teórica del marketing sensorial se apoya en disciplinas como la neurociencia, la psicología del consumidor y el diseño de experiencias. El principio es sencillo: los estímulos sensoriales generan respuestas emocionales que influyen en la percepción, la memoria y la toma de decisiones. Un aroma puede evocar recuerdos positivos que aumenten el tiempo de permanencia en una tienda. Una textura específica puede transmitir calidad. Una música bien seleccionada puede modular el ritmo de compra. El sentido del gusto puede convertirse en embajador de marca en productos gourmet o bebidas. Y el color, elemento visual por excelencia, puede generar asociaciones inmediatas con valores como sostenibilidad, innovación o exclusividad.

Para las startups, el reto consiste en implementar estas estrategias sin disponer de grandes presupuestos, pero con la agilidad y creatividad que caracteriza a las empresas emergentes. No se trata de desplegar una escenografía sensorial compleja, sino de identificar cuáles son los puntos de contacto clave con el cliente y qué estímulos pueden potenciar la experiencia de marca. Esto implica conocer en profundidad al público objetivo, sus hábitos de consumo, su contexto cultural y sus preferencias perceptivas. Herramientas como los mapas de empatía, las entrevistas en profundidad o el análisis de tendencias permiten detectar oportunidades donde los sentidos pueden aportar valor diferencial.

Uno de los aspectos más buscados por los emprendedores interesados en el marketing sensorial es cómo comenzar a aplicarlo en una fase temprana del negocio. La respuesta reside en el diseño de la identidad sensorial desde el inicio del proyecto. Así como se define un logotipo, una tipografía o una propuesta de valor, también puede trazarse un universo sensorial coherente con los valores de la marca. Esto puede incluir desde una paleta de aromas para el packaging hasta una voz característica para los mensajes de audio o un diseño sonoro para las notificaciones de una app. Esta consistencia multisensorial refuerza el reconocimiento y la recordación de marca, elementos esenciales en mercados competitivos.

Las aplicaciones más frecuentes del marketing sensorial en empresas emergentes se encuentran en sectores como la alimentación, la hostelería, la moda, el retail físico y digital, la cosmética y la tecnología. En la gastronomía, por ejemplo, no solo el sabor cuenta: la presentación visual del plato, el ambiente del local y hasta los sonidos del servicio influyen en la percepción del producto. En el ecommerce, donde el contacto físico es limitado, muchas marcas emergentes están incorporando elementos sensoriales indirectos como vídeos con sonido envolvente, simulaciones táctiles o descripciones evocadoras que apelan a la imaginación sensorial. Incluso en sectores B2B, el diseño de experiencias sensoriales puede reforzar vínculos emocionales, especialmente en eventos, ferias o entornos de showroom.

Un factor determinante en la eficacia del marketing sensorial es su capacidad para generar diferenciación. En mercados donde los productos tienden a ser funcionalmente similares, la experiencia sensorial puede convertirse en el verdadero argumento de venta. Un ejemplo es el uso del olfato corporativo: algunas startups de hostelería o co-living están incorporando aromas personalizados que los clientes asocian automáticamente con la marca. Esta estrategia, conocida como branding olfativo, no solo mejora el ambiente, sino que crea anclajes emocionales duraderos. La memoria olfativa, que permanece activa incluso años después, permite asociar emociones positivas con momentos concretos vividos con la marca.

Ahora bien, la cuestión está en cómo se puede medir el impacto del marketing sensorial. A diferencia de otros canales más tangibles, los efectos sensoriales operan a menudo a nivel subconsciente. Sin embargo, existen métricas específicas que permiten evaluar su eficacia. Estas incluyen el tiempo de permanencia en tienda, el aumento en la intención de compra, la mejora en las valoraciones de experiencia del cliente, la tasa de recompra o la viralización espontánea en redes sociales. El análisis cualitativo también juega un papel importante: las emociones recogidas en entrevistas o focus group, las menciones espontáneas al ambiente o al diseño, o las asociaciones semánticas ligadas a los sentidos son señales claras del impacto sensorial.

En el contexto de las nuevas tecnologías, el marketing sensorial está encontrando nuevas formas de expresión. La realidad aumentada y la realidad virtual permiten generar experiencias inmersivas que simulan estímulos táctiles, visuales y sonoros con un alto grado de realismo. Algunas startups están experimentando con dispositivos hápticos que transmiten sensaciones físicas a través de interfaces digitales. Otras trabajan con inteligencia artificial para personalizar estímulos sensoriales en tiempo real, adaptando el entorno a las emociones del usuario. Esta convergencia entre tecnología y sensorialidad abre un campo fértil para la innovación, donde los límites entre lo físico y lo digital se desdibujan.

A pesar de su potencial, el marketing sensorial también presenta desafíos específicos. Uno de los más relevantes es el riesgo de saturación o inconsistencia. El exceso de estímulos puede generar fatiga sensorial o incluso rechazo. Por ello, es esencial que las estrategias sensoriales estén alineadas con la identidad de marca y con los valores que se desean comunicar. La autenticidad es clave: no se trata de decorar la experiencia, sino de enriquecerla con estímulos relevantes y memorables. En este sentido, las startups pueden aprovechar su flexibilidad para ajustar rápidamente sus propuestas sensoriales en función de la retroalimentación de los clientes.

Otro desafío es el contexto cultural. Los sentidos no operan en el vacío, sino que están profundamente condicionados por el entorno social, histórico y geográfico. Un aroma que en un país se asocia con limpieza, en otro puede relacionarse con la medicina. Un color que evoca frescura en una región puede simbolizar duelo en otra. Por ello, las empresas emergentes con vocación internacional deben tener especial cuidado en adaptar sus estímulos sensoriales a las sensibilidades locales, especialmente si operan en mercados multiculturales o en entornos digitales globales.

En cuanto a las tendencias futuras, todo indica que el marketing sensorial seguirá ganando protagonismo en las estrategias de branding y fidelización. El auge del comercio experiencial, la búsqueda de bienestar emocional por parte de los consumidores y la saturación de los estímulos visuales tradicionales están impulsando una evolución hacia marcas que se sientan, no solo que se vean. La sostenibilidad también influirá en esta evolución: los estímulos naturales, los materiales biodegradables, los aromas orgánicos o los sonidos inspirados en la naturaleza serán cada vez más valorados por consumidores conscientes.

Las aceleradoras, incubadoras y espacios de innovación también están comenzando a incorporar el enfoque sensorial en sus procesos de validación y diseño de producto. Talleres de prototipado sensorial, laboratorios de experiencia y pruebas de usuario centradas en las emociones permiten a las startups validar hipótesis de valor más allá del funcionalismo clásico. Incluso en fases precomerciales, la dimensión sensorial puede aportar ventajas competitivas si se integra desde el diseño inicial del modelo de negocio.

El marketing sensorial no es una técnica aislada ni un recurso decorativo, sino una estrategia de conexión profunda con los consumidores a través de los canales más antiguos y eficaces de la percepción humana. Para las empresas emergentes, representa una oportunidad única de diferenciarse, fidelizar y construir identidad desde la experiencia. Con creatividad, conocimiento del público y coherencia en la ejecución, los sentidos pueden convertirse en aliados estratégicos del crecimiento. Porque en un mercado donde todos compiten por ser escuchados, solo aquellas marcas que también se dejan sentir logran ser realmente recordadas.

Responsable de Redes Sociales y redactora de TodoStartups
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