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La publicidad y el marketing son conceptos que, adaptándose a los nuevos tiempos, se reinventan constantemente. El mundo audiovisual no se queda atrás en este constante cambio y evolución. De la unión de los social media, las nuevas tecnologías y el vídeo nace un concepto que define una nueva forma de ver la televisión: la televisión social.
Un buen ejemplo de este hecho es uno de los grandes acontecimientos deportivos que se celebró el pasado domingo en Estados Unidos y que consigue reunir a cantidades ingentes de personas frente al televisor: la edición número 48 del Super Bowl.
Los Seattle Seahawks contra los Broncos de Denver, una batalla deportiva de primera. Sin embargo la batalla que realmente nos interesa poco tiene que ver con el fútbol americano. La auténtica guerra se lleva a cabo en forma de spots publicitarios.
¿Y el rey de estos comerciales? El vídeo, eso sí, integrado en lo que llamamos televisión social: una televisión participativa, interactiva y con una increíble capacidad de feedback, ya que el 41% de los espectadores estuvo conectado a alguna red social en el trascurso del evento comentando el evento y los anuncios emitidos durante el partido.
De hecho, 6 de cada 10 espectadores compartieron los vídeos de las marcas en sus muros personales: se trata un público multipantalla que rompe con la unidireccionalidad de este medio y no se limita a seguir la pantalla del televisor como venía siendo habitual.
La televisión social como catapulta a la viralidad
En 2013 el Super Bowl congregó a 108 millones de espectadores, y según un estudio de Lab42, el 39% de los espectadores está más interesado en la publicidad que en el partido en sí. Esto hace que las marcas agudicen su ingenio y planifiquen sus campañas con especial atención, ya que ven este acontecimiento deportivo como un inmenso y millonario escaparate para hacer llegar sus productos a todos los consumidores que les sea posible. Esta es la razón de que 30 segundos de espacio publicitario en vídeo haya costado nada más y nada menos que 4 millones de dólares.
Una de las estrategias usadas por las marcas para aprovechar y potenciar la viralidad de sus vídeos son consultas a los usuarios a través de las redes sociales preguntándoles en primera persona qué prefieren ver en sus campañas. Crean una comunicación directa que propicia el engagement entre la marca y el potencial consumidor y que posteriormente el usuario decida por voluntad propia compartir estos contenidos en sus perfiles sociales.
El ejemplo de la eficacia de la televisión social como agente viralizador es el spot de Budweiser, que ya ha superado los 40 millones de visitas en menos de una semana: un efecto que nunca se habría conseguido ciñéndonos al concepto de televisión tradicional.
