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Poner barreras al viento: Las herramientas de control de gestión

Ponerle puertas al viento es una expresión que se utiliza para definir la situación en que se intentan controlar hechos que debería planificarse mediante su aceptación y remedio de sus consecuencias o impacto.

A menudo nos encontramos con que las herramientas de control de gestión no se utilizan de la forma correcta para generar valor y optimizar la gestión empresarial y por lo tanto la cuenta de resultados de una manera sostenible; convirtiéndose más en una obligación de carácter formal que trata de rellenar formularios que en una actividad de medición y control de la gestión empresarial que aporte valor a la empresa. Uno de los campos de la gestión que más ha llamado a la mala práctica y a la simplificación es el de los indicadores de control de gestión.

La cuestión no es baladí, ya que el sistema de indicadores está mal diseñado o configurado sin el nivel de correlación suficiente, podemos estar midiendo la cosa equivocada y pensar que lo tenemos todo controlado. En estos casos el control de la organización se desvanece y el sistema de indicadores es como poner rejas al viento.

Los indicadores son herramientas necesarias para poder medir, y con ello, controlar los procesos con el objetivo de realizar una gestión eficaz de los mismos.

Desde la literatura se ha ofrecido una extensa conceptualización y utilidad de los indicadores, integrando los distintos formatos y particularidades que éstos pueden adquirir. En este sentido, las siguientes conceptualizaciones vienen a ilustrar las características y utilidades de los mismos.

Según la AECA, los indicadores son “unidades de medida que permiten el seguimiento y la evaluación periódica de las variables clave de una organización, mediante su comparación con los correspondientes referentes internos y externos”.

Por su parte, Gómez Rodríguez expone que “un indicador debe representar las magnitudes más importantes del sistema así como dar respuesta a todo tipo d variaciones del objeto de medición”.

La cuestión parece clara cuando tratamos de indicadores económicos, de índole contable y totalmente cuantitativos, ya que es de la contabilidad de donde proviene el origen del sistema de control interno, pero cuando se trata de áreas cuyos atributos no resultan fácilmente, o simplemente no son susceptibles de ser representados por medio de cuantificación numérica. Se trata del llamado análisis cualitativo, en los albores de su potencial desarrollo.

En este sentido, la organización de normalización y certificación UNE y Aenor conformaron un estándar para la implantación de indicadores en la norma UNE 66175: 2003 “Guía para la implantación de sistemas de indicadores”.

Según la AEC, los indicadores son medios, instrumentos o mecanismos para evaluar hasta qué punto o en qué medida se están logrando los objetivos estratégicos. Además:

Representan una unidad de medida gerencial que permite evaluar el desempeño de una organización frente a sus metas, objetivos y responsabilidades con los grupos de referencia.

Producen información para analizar el desempeño de cualquier área de la organización y verificar el cumplimiento de los objetivos en términos de resultados.

Detectan y prevén desviaciones en el logro de los objetivos.

Para profundizar en la gestión de sistemas y en el conocimiento del Cuadro de mando o Balanced Scorecard en inglés, el Centro de Estudios Financieros (CEF.-) ha consolidado en su parrilla el Curso Superior de Experto en Gestión de la Calidad y el Curso de Cuadro de Mando para Pymes.

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