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La discusión de la valoración de Startups

Uno de los temas más duros a negociar entre inversores y emprendedores es el de la valuación de un Startup. Existen distintos métodos diseñados para reflejar el valor más justo posible, pero cuando nos sentamos a discutir el precio… ¿De qué se habla? ¿Qué se negocia? ¿Se discuten los métodos de valuación? ¿Se revisan las cuentas?

Es sabido que el precio de las acciones de una Startup depende más del acuerdo entre la partes en cuestiones estratégicas que del número que resulte del Flujo de Fondos Descontados. El primer atajo que se considera para empezar a discutir es el de los indicadores: ¿En cuánto difiere la valuación puesta sobre la mesa respecto del número obtenido con el FFD? ¿En cuanto puede variar la valuación del Startup en los próximos 3 o 4 años?

Supongamos que el FFD del emprendimiento da un total de 5 y el emprendedor presenta una propuesta al inversor con una valuación de 10, o sea, dos veces el FFD, necesitando una inversión de 2. La valuación final terminará impactando en el porcentaje que ese 2 represente.

Por ejemplo:

A una valuación de 10 (2 veces el FFD) ese 2 representa el 20% de las acciones del Startup.

A una valuación de 20 (4 veces el FFD) ese 2 representa el 10% del Startup. Esto último es más conveniente para el emprendedor ya que se queda con el 90% de una Startup que vale 20 (al menos en la negociación). Mientras que el inversor buscará la valuación más baja posible para la Startup en la que va a invertir 2, el emprendedor buscará la valuación más alta posible para ese mismo monto de inversión.

La negociación del precio suele reducirse a la discusión de los indicadores: -“4 veces el FFD es mucho”, dice uno. –“Es menos que lo que otros Startups de esta naturaleza están acordando en el mercado”, dice el otro. –“El potencial de crecimiento es muy incierto, creo que 2 veces el FFD es más justo para este contexto”. –“La valuación va a crecer hasta 6 veces el FFD cuando hayamos hechos las primeras ventas, pongamos un piso de 3 veces el FFD para esta primera ronda de inversión”.

Los valores de referencia de estos indicadores se pueden encontrar en el mercado pero dependen del contexto económico, de la industria, del Startup en particular y de las expectativas de cada una de las partes, por lo que hay un componente subjetivo más allá de los benchmarks y precisamente ésto es lo que se pone en discusión.

Estas dificultades se presentan a la hora de negociar una valuación cuando el emprendimiento no ha siquiera comenzado a funcionar, y como es previsible, no hay solución única (a menos que alguien tenga una “bola de cristal”).

Pero hoy en día, se suele utilizar un método que consiste en adecuar las valuaciones según se verifique la marcha del negocio, esto es: al momento de realizar la inversión se establece una valuación de referencia que puede ser modificable luego de los primeros meses;  en caso que el emprendimiento marche según lo acordado en las proyecciones financieras del Plan de Negocios, el inversor estará dispuesto a aceptar una valuación mayor del Startup (consecuentemente una menor participación) pero con la confirmación de la buena salud del negocio. En caso que el emprendimiento no alcance las metas previstas, las valuaciones se ajustan a la realidad.

La valuación de los Startups es un tema tan subjetivo como polémico a pesar de los múltiples métodos financieros para obtener un número cuasi exacto del proyecto. La negociación de la valuación generalmente es un momento en que el emprendedor trabaja para mostrar el verdadero valor de su Startup, más allá de las planillas de cálculo.

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