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A la hora de hacer funcionar un negocio, uno se plantea la posibilidad de hacerse visible al público. Las nuevas tecnologías nos ofrecen un inmenso abanico de posibilidades para realizar una estrategia de comunicación sin tener que llevar a cabo una fuerte inversión. La web 2.0 es algo más que una moda o una tendencia.
Es el presente y el futuro de la comunicación y el márketing. De hecho, hoy en día, la mayoría de las empresas está involucrándose dentro de este universo social que compone la web y tanto los nuevos negocios como los más consolidados en el mercado tienen claro la importancia que tienen las redes sociales como medio para llegar al cliente, hacer branding, desarrollar promociones y ofertas o incluso captar un nuevo negocio.
Además, según la consultora Tatum, España es el 7º país europeo en cuanto al uso de redes sociales, con 29 millones de usuarios. Esto significa que la presencia en redes es una buena oportunidad de vender tu empresa. Venderla en todos los sentidos: desde el producto hasta la marca.
Sin embargo, una presencia en redes no se trata solamente de crear una página para crecer en número de fans y poner fotos de nuestro producto (a no ser que ese sea el objetivo), o un perfil en twitter para tener seguidores, sin más. Ha de realizarse una estrategia bien planeada, que marcará, en muchas ocasiones, el éxito o no de nuestro negocio (en aquellos objetivos que nos planteemos).
Lo primero que hay que hacer es definir unos objetivos, sobre los cuales trabajaremos el plan en redes: branding, aumentar las ventas, incrementar nuestra audiencia, promocionar un producto, si se trata de una campaña temporal o esporádica…
Después hay que pensar a quién se lo vamos a contar, a quién nos dirigimos: público profesional y especializado, estudiantes o adolescentes, o también grupos definidos por un estilo o una moda. También hay que saber dónde está nuestro público, cómo interactúan.
Cuando sabemos qué queremos conseguir, a quién se lo queremos contar y dónde se encuentra es el momento de materializarlo con las redes que vayamos a utilizar: Facebook, tuenti, linkedin, twitter, youtube, my space o google+, etc.
A la hora de publicar contenidos, estos tienen que ser de calidad y todos han de girar en torno a un mismo fin: contenidos curiosos, polémicos, corporativos, actuales…
Pero no hay que caer en el error de trabajar en una red social de espaldas al público. Si estás en la red has de tener en cuenta que el público no es un mero espectador de tus contenidos. Querrá opinar (a bien o a mal), preguntar y ser contestado con la mayor rapidez posible. Por lo tanto, es importante comunicar, pero igual de importante es la atención al consumidor (o potencial cliente).
Otro error que algunas empresas cometen es dejarse llevar por la altanería y el orgullo de un trabajo bien hecho. Está bien tirarse flores a uno mismo de vez en cuando, pero no hay que olvidar que las redes sociales no son un fin para conseguir un mayor número de seguidores, sino un medio para acercarse a los consumidores.
El trabajo en redes sociales no debe ser aislado, tiene que ir compensado con la web de la empresa. Esto es importante, ya que pueden aparecer perfiles falsos o informaciones manipuladas, cosa que no ocurre si la web y la red social están enlazadas.
En general, lo que se trata es de invitar a la participación de los consumidores, mediante registro, concursos, hacerles partícipes en algunas tomas de decisiones, juegos…pero no sólo en las redes, sino también en la web y hay que hacerlo de manera que se añada un discurso social.
Aquí surge el problema de la gestión. Se necesita una persona encargada de elaborar la información, comunicarla, gestionar los mensajes recibidos, contestarlos, informar, actualizar los contenidos, porque como dice el experto en Márketing digital y Redes Sociales, Juan Merodio, “no hay empresa que pretenda ser eficiente sin una correcta estrategia de comunicación en el social media”.
Estudiante de Periodismo.
